Tras dos años de impasse por lo que todas sabemos, hoy volvemos con la ilusión de siempre a celebrar nuestro noveno aniversario.
Si el Rey Heredia es un espacio de lucha, de sueños y de ilusión.
Un lugar de encuentro y apoyo mutuo.
Un faro de esperanza y alternativas, hoy el Rey Heredia es más necesario que nunca.
Muchas cosas han pasado en estos dos años y la mayoría no muy buenas precisamente, pero hasta en los peores momentos, las personas han mostrado su resistencia, su fuerza y su empatia.
Hemos contemplado mucho dolor y soledad, mucha muerte y sufrimiento, pero hemos resistido y todo ha sido más fácil gracias a todas esas personas que se han dejado la piel en ayudar a las demás. ¿Qué habría sido de nosotras si ese personal sanitario incansable e inmune al desaliento, que en las peores circunstancias nos han curado, cuidado y acompañado en todos los momentos? ¿Que habría sido de nosotras sin todas esas personas que superando el miedo, nos atendían con alegría en las tiendas, farmacias, etc...? ¿Todas esas personas que han sido imprescindibles y que han tenido que trabajar el doble cuando sus compañeras cayeron enfermas también? Han sido multitud y si nada ha fallado mientras la mayoría veíamos el mundo desde nuestras terrazas o desde nuestras pantallas, ha sido gracias a su empeño y fortaleza.
Imprescindible ha sido la ayuda que el Rey Heredia entregó a esas familias tan necesitadas como desesperadas. Las compañeras de cocina trabajaron sin descanso para paliar su incertidumbre y su temor.
Durante meses sus cestas, llenas de alimentos, de productos de primera necesidad y de escucha y ternura las ayudo en los peores momentos de la pandemia. Nunca fallaron, nunca claudicaron, nunca el miedo las paralizo.
Por supuesto, nada de esto se habría podido hacer sin la ayuda, el apoyo y la aportación de muchísimas personas, que en un gesto de empatía insuperable, no olvidaron a las más necesitadas, a las más desvalidas.
Creemos que es justo reconocer todo esto y agradecerlo, porque nada seria posible sin todas esas personas imprescindibles que en mayor o menor medida fueron capaces de superar su miedo, para mirar a las que peor lo estaban pasando. Puede que sea cierto eso de que en los peores momentos es cuando se encuentra a las mejores personas.
Por suerte, parece que esto pasó (ojala), pero la vida no da tregua y son muchos los retos que nos quedan por superar día a día: el cambio climático, el aumento imparable de los precios, la precariedad y la desigualdad, la amenaza armamentística, las victorias del fascismo.
Todo esto y otras muchas cosas más nos dejan sin aliento, pero no nos desalientan, nos asustan, pero no nos rinden, nos amenazan, pero no nos vencen.
Las personas que formamos parte de este proyecto formidable que es el Rey Heredia no nos rendimos.
Hoy como hace nueve años sabemos que somos imprescindibles, sabemos que nuestra lucha, nuestras esperanzas, nuestra resistencia, nuestro apoyo y nuestra alegría son más necesarias que nunca.
Así es que para que decir más. Aquí estamos, aquí estaremos, aquí os esperamos.
Nada ni nadie nos quitara lo que somos.
A todas, gracias, fuerza y alegría.
