Barrio la Guita

Ilusión y desencanto ante los primeros martillazos

Los vecinos se alegran del inicio de los trabajos pero temen que no acaben o se prolonguen más tiempo del previsto.

Llegó el día que tanto esperaban y que han reivindicado durante los dos años que han pasado fuera de sus casas. Los primeros martillazos liberaban la entrada del bloque, cerrada con ladrillos para impedir una nueva violación a su intimidad, ya que ha sufrido robos en este tiempo, desapareciendo muebles, electrodomésticos, ventanas, aparatos de aire, termos, grifos y tuberías. Los vecinos habían denunciado incluso que había gente viviendo allí y que entraban de un piso a otro haciendo agujeros en las paredes.

El subdelegado del Gobierno, Jesús María Ruiz, como presidente del Patronato de Huertos Familiares; el delegado provincial de Vivienda de la Junta, Francisco García; y la presidenta de Vimcorsa, Victoria Fernández, presenciaron el inicio de los primeros trabajos. Todos recordaron las vicisitudes que ha tenido este proyecto. Todos aseguraron que en ningún momento se han olvidado del mismo. Todos desearon que llegue a su fin cuanto antes.

Poco a poco empezaron a llegar los vecinos que el 13 de marzo del 2007 se vieron obligados a abandonar el bloque. Estaban citados para realizar un inventario de las pertenencias que habían dejado dentro. «Hay pisos que están fatal, con ratas, como el del vecino que vivía en el bajo», señalaba Eva Prieto tras visitar el inmueble. Ella ha hallado su vivienda «rajada y con el suelo levantado».

A pesar del tiempo que llevaban aguardando este momento, no mostraron demasiado entusiasmo, sobre todo por miedo a que la obra empiece y no termine, o que se prolongue por mucho más tiempo del previsto. Solo desean que todo finalice cuanto antes. «Tengo muchas ganas de que acabe todo», indicaba Eva Prieto. Al igual que la hija de su vecino, Jessica Fuentes, que está «deseando» que su padre «regrese a su casa». El es uno de los dos vecinos que ha tenido que optar por un piso de alquiler que sufraga Vimcorsa porque «no pudo sacar sus muebles» cuando ocurrió todo.

Otra de las vecinas, Dolores Castro, se mostraba algo más escéptica por el tiempo transcurrido desde el desalojo y las ocasiones en las que les han anunciado el inicio inminente de las obras. Ella era la presidenta de la comunidad del bloque cuando tuvieron que abandonarlo. «Lo suyo es que, después de tanto tiempo, estuviéramos ya aquí, que para eso estamos pagando una hipoteca». Y es que no terminan de verle la punta a todo esto.

ISABEL LEÑA  enlace al diario Córdoba

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