La invasión del Pabellón Sur

En realidad, ya lo hemos dicho, la invasión del Polideportivo Sur constituye un intento de cambiar las cosas por la fuerza, disfrazada con métodos de seducción y palabras unas veces suaves y otras altisonantes. Y hay que decir ahora que aquello que parte de un acto delictivo no puede constituir una base de justicia; y que lo que ignora, menosprecia y descalifica por completo la participación ciudadana de los vecinos, cuya estructura tanto esfuerzo ha costado construir, no puede enarbolarse como cimiento para una democracia real, como algunos pretenden.

Los okupas y sus encendidos valedores apuestan por un cambio social, pero no se sabe hacia dónde. Tenemos la sensación de que ellos mismos no lo saben. Aunque, eso sí, hay que reconocerles que han adquirido cierta insistente destreza en encasillar sistemáticamente a todos los demás ciudadanos como seres abducidos por la sociedad del ladrillo y como esclavos del trabajo, entre otras lindezas. Conviene expresar asimismo un sentimiento de decepción y tristeza, porque, la verdad, uno espera siempre de la juventud una saludable dosis de fresca rebeldía; pero también uno la espera acompañada de un coherente sistema de ideas, y no de un salto mortal e inútil en el vacío. Aquí todo lo que se menciona y se sacraliza, con expresiones muchas veces fundamentalistas, son las palabras okupación y autogestión. No hay más. Lo primero ya sabemos lo que es (en Córdoba tenemos la triste y ya vieja experiencia de la ocupación de un edificio en la calle La Palma). Lo segundo deberían explicarlo. Y también deberían explicar las asociaciones adheridas a la okupación si autogestionar significa, según la propia forma de funcionar de muchas de ellas, hacer lo que uno quiere pero con el dinero público del que tan generosamente se nutren y subvencionan. ¿Se trata de sustituir a las instituciones públicas en la gestión?, ¿con la gestión suya?, ¿la suya no es privada?, ¿o es privada pero con el dinero de los demás?

Sinceramente, con este bagaje intelectual se podrá invadir un polideportivo, pero dudo mucho de que se pueda entrar en ninguna cabeza.

Luis García. Presidente del

Consejo de Distrito Sur

enlace al Diario Córdoba

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