Guadalquivir

Un embarcadero en la maleza

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Isla de las ¿Esculturas?

El Ayuntamiento se gasta 200.000 euros en un mirador y un pantalán para poder admirar la isla de las esculturas, que se encuentra invadida por la vegetación

El Ayuntamiento, por medio de la Gerencia de Urbanismo y del Instituto de Gestión Medioambiental, está en proceso de gastar casi 200.000 euros en crear un embarcadero y un mirador para disfrutar de la isla de la esculturas, cuya contemplación es sencillamente imposible. El paso del tiempo ha sumado a los eucaliptos que había en la isla una auténtica selva de vegetación fluvial que hace inviable contemplar las obras escultóricas que fueron creadas durante un simposio internacional de escultura al aire libre.

La Gerencia de Urbanimo preparó un proyecto, redactado por los servicios técnicos de la institución, para la creación de un pantalán y un mirador. Según el contrato, la adjudicación definitiva se produjo a primeros de año por unos 170.000 euros. Además, el Jardín Botánico dedicó una cantidad de dinero que supera los 40.000 euros para disponer de crédito con el que aportar parte de las obras: la mejora de los accesos desde el Molino de la Alegría. Para ello, tuvo que efectuar una modificación de crédito.

El Consistorio explicó en su momento de que se trataba de facilitar el acceso a la zona para la contemplación de las doce esculturas, que ahora mismo no son visibles ni en helicóptero. En su día, el gobierno municipal aseveró que se trataba de establecer algún sistema que permitiera el acceso de grupos reducidos desde el Jardín Botánico a las esculturas para que pudiesen contemplar las obras de arte. De hecho, se aseguró que se estaba estudiando que el transporte se realizara en catamarán por el escaso calado -profundidad- del río en esa zona, aguas abajo del puente de San Rafael. El proceso se encuentra en estudio, al menos, desde el año 2007 por parte de los técnicos de gestión ambiental. En esa zona, aunque en la parte del Cordel de Écija, se pretende crear el Museo del Agua, con fondos de la nueva agencia autonómica que controla el Guadalquivir y en suelos del plan especial urbanizable que linda con el río.

No es la única zona del cauce en el que la maleza -y, en algunos casos, la basura- se han comido las posiblidades de sacarle partido al dinero público, con el eterno debate de quién debe proceder a mantener la zona. Los sedimentos han creado una enorme isla artificial junto al molino de Martos, que ha creado a su vez una zona de vegetación densa, justo en frente del Balcón del Guadalquivir. Es precisamente esa isla la que captura la basura que arrastra el río convirtiendo esa parte del cauce en un vertedero.

Existe otro proyecto para la zona que consiste en volver a instalar maquinaria en el molino de Martos de forma que todo el mundo pueda ver cómo funcionaba cuando se utilizaba para la molienda.

Fuente: El Día de Córdoba

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